Para ser dogmático es mejor meterse a católico que a revolucionario, y desde que las familias socialistas comenzaron a darle más importancia a sus diferencias que a su principal objetivo común (una sociedad sin clases) los representantes del capital se han estado cachondeando de nosotros hasta la saciedad.
Capitalistas industriales, capitalistas financieros, liberales, neoliberales, neocons, social-liberales, banqueros, especuladores... Todos, todos, de la manita para defender sus intereses, (...)