Después de leer vuestros últimos comunicados, creo sinceramente que no pasáis de ser una pandilla de gilipollas con ínfulas de "familia" de gansters con maletín. En un principio pensé en rebatir punto por punto vuestras inventadas afirmaciones, pero pronto llegué a la conclusión de que cualquier observador neutral habría llegado ya, por sí solo, a las mismas certezas.
Os pondré sólo tres ejemplos: para saber que los cinco sindicatos convocantes de la manifestación contra el convenio representan entre el 46/48% de los trabajadores del Ayuntamiento sólo hay que tener la capacidad de llevar a buen término una suma de porcentajes (sí, hombre, sí, una suma, una simple suma) Para concluir que allí nos concentramos alrededor de 4.000 personas, algo parecido, sólo hay que saber contar, más o menos, pero contar. Se puede decir 3.000 ó 3.500, pero decir 300 es mentir descaradamente; por cierto, dos de vuestras mejores herramientas: la mentira y el descaro. Por fin, para conseguir que en las fotos de las manifestaciones salga gente, únicamente hay que enfocar el objetivo de la cámara y apretar el obturador antes de que la manifestación sea disuelta.
Como comprenderéis, mi inicial deseo de entrar con vosotros en un debate más profundo se deshizo al comprobar que el oponente o interlocutor ni siquiera sabía llevar a cabo las operaciones aritméticas más simples y, además de ignorancia, sufría también de prepotencia, chulería -a la sombra protectora de papá y mamá cc.oo y ugt- y falsedad.
Con ese panorama enfrente, lo más posible es que me invadiera el aburrimiento, así que decidí, simplemente, enviaros este breve texto que podéis tomaros como mi personal, visceral y real deseo de que el próximo año sea el comienzo de vuestro declive para bien de todos los trabajadores.
Ya sabéis, os deseo una feliz entrada y salida... ¿de qué?