El 18 de Marzo de 2014, unos días antes de las Marchas de la Dignidad que tomaron Madrid el 22 M, Toxo y Méndez se reunían con Rajoy y Rosell para “retomar el dialogo social”, escenificando una vez más su “espíritu de consenso”, que en realidad es la aceptación de las reivindicaciones del lobby empresarial, la disminución de los salarios reales, nuevos elementos de “flexibilidad” – precariedad- para los trabajad@dores, y la posibilidad de descuelgue de los convenios colectivos, todas ellas medidas encaminadas a la adaptación del país a su lugar subordinado dentro del orden económico neoliberal hegemónico en Europa.
¿Es coherente por parte de los sindicatos mayoritarios continuar apelando al dialogo y a la concertación con el gobierno y la patronal cuando aun no han cesado los ataques contra los derechos conquistados por la clase trabajadora?, sin dudarlo, NO.
El 29 de Abril de 2014 los grupos municipales del IU y el PSOE en el Ayuntamiento de Madrid presentaron en el pleno una proposición pactada con CCOO y UGT instando a la corporación a dialogar con los sindicatos con el objeto de abrir un proceso de negociación para reinstaurar el buen clima laboral y restablecer los derechos anulados o suspendidos (robados). A tal efecto, los grupos políticos citados tienen la desfachatez de “considerar esta necesidad de invitar una vez más al dialogo social a pocos meses de las próximas elecciones municipales” - no sea que no les vote ni el tato, y de paso salir en la foto con pose de amiguitos de los trabajad@res -. Quien asuma hoy en día la tesis de la corresponsabilidad social, cuando nos han dejado claro que ya no hay nada que conciliar con nosotros, ¿qué nos tratan de decir?, ¿Qué asumen también la corrupción y la represión?.Suplicar la negociación cuando solo se negocian recortes es doloroso de presenciar.
Cuando se pierde el derecho al trabajo, el derecho a una vivienda digna, el derecho a la educación, a la sanidad, el derecho a pan, cuando una mayoría pierde estos derechos en beneficio de una minoría, la lucha es una obligación. Sobre la base de esos derechos, no se dialoga ni se negocia.
Ante las continuas agresiones que venimos sufriendo la clase trabajadora, no necesitamos más pacto social, necesitamos un pacto de lucha. Necesitamos abandonar la amnesia colectiva que nos hace creer que la vía esencial para superar la situación actual es la de enarbolar la bandera del diálogo. El que fue llamado estado del bienestar nunca fue un paraíso idílico para los trabajad@res. El poder solo entiende el lenguaje de la fuerza, así debemos hablarle, pero no hemos encontrado apenas esa forma de expresión y lucha en la llamada “Unidad Sindical”. Firmar declaraciones unitarias, convocar a la movilización tras meses de vacío sin un mínimo de agitación, sin un mensaje claro y contundente de que vamos a por todas, nos conduce a una pregunta ¿y ahora qué? Pues nada de nada.
Todos deberíamos ser conscientes que los criterios de reducción del déficit diseñados por el gobierno no permiten mantener ningún tipo de expectativa de mejora para la clase trabajadora. Si la unidad sindical no es para luchar, para movilizar, para crear ilusiones, no es unidad, útil, al servicio de la clase trabajadora.
La resistencia a la agresión capitalista pasa por romper la dinámica de pactos y entreguismo de cierto sindicalismo que luego se utiliza por el poder para el apuntalamiento de la injusticia social. Para defender a la clase trabajadora se debe abandonar claramente el ámbito del reformismo social y la claudicación permanente, no conformarse con jugar el papel de apéndices de ciertos partidos políticos.
En lo que atañe a nuestra casa común, los sindicatos con mayor representación en el Ayuntamiento de Madrid y sus Organismos Autónomos, solicitaron a la corporación “nos sustituyeran el local privado de la c/Acanto (CGT nunca ha ocupado esos locales), por un local público para ejercer la actividad sindical”.
Bonito brindis al sol, ninguno de los ocupantes de dichos locales ha presionado lo más mínimo, parecen cómodos allí, esperando la expiración del contrato de alquiler en julio de 2015.Importa algo, preguntamos, que en la actualidad se paguen 423.744 € anuales-2962,12€ de importe de renta mensual por 20 plazas de garaje- todo ello a beneficio de la empresa Realia Patrimonio S.L.U, dinero de los madrileños y prolongado durante10 años. Por lo cual CGT decidió -como medida de presión a las partes y coherencia - no acudir a las reuniones de la llamada unidad sindical que se celebraran en los locales privados de la c/ Acanto, lo cual ha imposibilitado deforma efectiva nuestra participación en dichas reuniones. Instamos, en innumerables ocasiones al resto de sindicatos, a reunirnos en cualquiera de los locales sindicales o dependencias municipales a las que tenemos acceso, y quitando momentos muy puntuales, nuestras solicitudes no han sido atendidas. Aprobar comunicados conjuntos, que nos son remitidos por e-mail con premura, para simplemente dar el visto bueno a la aparición de nuestras siglas, sin previamente poder aportar nada a la configuración de dichos comunicados, y sin tiempo suficiente para la reflexión sobre los textos por parte de nuestra sección sindical (os recordamos que somos asamblearios), puede resultarle a muchos poco operativo, pero sin duda es mucho más participativo y democrático.
Por otro lado nos reafirmamos en todas y cada una de las exigencias y demandas planteadas en los comunicados y manifiestos de la llamada unidad sindical donde figure nuestro logo. No entendemos el cambio de tono en el mensaje, insistiendo una vez más en un dialogo estéril por parte de la llamada “UnidadSindical” y no podemos acudir a la movilización simplemente cuando CCOO o UGT hagan sonar el pito llamando a filas.
Expuesto lo cual, CGTen cumplimiento del mandato de su asamblea de afiliados celebrada el 25 de Abril de 2014 anuncia el abandono de la llamada “Unidad Sindical”. No cerramos ningún camino de acción sindical basada en la ética, la participación, la transparencia y la solidaridad para el desarrollo de actuaciones unitarias siempre que coincidamos en los planteamientos reivindicativos y siempre que la unidad sea positiva para mejorar los derechos de los compañeros. CGT no abandona la lucha, pero si mantendrá una línea de actuación propia y alternativa, basada en estar presente en los centros de trabajo y en la calle, es decir, la línea que siempre nos ha caracterizado. Acudiremos a las mesas de negociación siempre que se den las condiciones para garantizar avances y no solamente promesas y especulaciones en lugar de medidas efectivas para la mejora de los intereses de los trabajad@res. Sabemos quien debe tenernos enfrente e invitamos a las demás organizaciones a tomar posición alejándose de planteamientos dóciles, deseamos que se den verdaderos pasos hacia un sindicalismo combativo para la resistencia activa en defensa de los intereses de los trabajad@res.
No pretendemos dar carnaza a la canalla que nos gobierna, ni mucho menos debilitar la lucha, pero debemos afrontarla sin tiempos muertos, de forma decidida, tenemos que ir a ganar, por dignidad, aunque al final podamos perder, y todo ello tratando de ser fieles a nuestras señas de identidad y leales a los principios que decimos defender todos.
Compañer@s, la lucha continua, a por ellos, con todo, que se note que llevamos algo en las venas y podamos desmentir al propio Pío Baroja, cuando afirmo aquello de que “en este país la sangre solo sirve para hacer morcillas”.
Salud y acierto.
¡LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO!