Lejos de haber sido una tranquila edad dorada, la Antigüedad fue frecuentemente escenario de de violentas luchas sociales. Los estratos más bajos, pobres y débiles de aquellas sociedades –campesinos, artesanos y, sobre todo, esclavos- aprendieron pronto a rebelarse contra los tiranos, terratenientes y grandes propietarios, rebeliones que siempre pagaron con sus propias vidas o, en el mejor de los casos, con la huida y expatriación muy lejos de sus hogares y para siempre. En Egipto, Grecia (...)